Iris, el restaurante diseñado por Norm Architects, se ha convertido en uno de los destinos culinarios más innovadores de Escandinavia al combinar arquitectura minimalista, experiencia inmersiva y alta cocina dentro de Salmon Eye, la instalación flotante ubicada en el fiordo de Hardanger. Con una estrella Michelin y una propuesta centrada en sostenibilidad, Iris se posiciona como un referente internacional en diseño responsable.
Dentro de Salmon Eye —una estructura revestida con “escamas” de acero inoxidable que actúa como hito arquitectónico y plataforma educativa—, Iris ofrece una experiencia que vincula al visitante con el territorio a través de materiales cálidos, iluminación tenue y un menú degustación basado en productos locales.
El diseño interior destaca por el uso de superficies de nogal, piezas hechas a medida y zonas de descanso que suavizan la robusta forma de acero de la instalación. Las ventanas panorámicas permiten una integración total con el fiordo, reforzando la sensación de estar inmerso en el entorno natural.
Norm Architects desarrolló el espacio priorizando la responsabilidad ambiental, un valor central para Iris. La selección de materiales, el tratamiento acústico y la distribución del restaurante responden a la búsqueda de eficiencia y armonía con su contexto.
El menú degustación mantiene ese enfoque, utilizando ingredientes provenientes de productores cercanos y técnicas que reducen el desperdicio alimentario. Esta coherencia entre diseño y gastronomía ha impulsado al restaurante a consolidarse como un modelo de prácticas sostenibles en la industria.
Para quienes deseen conocer más sobre iniciativas ecológicas similares en Noruega, se pueden consultar recursos oficiales como el portal de turismo sostenible del país (ejemplo de hipervínculo).
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Un proyecto que transforma la relación entre arquitectura y paisaje
Salmon Eye, además de albergar Iris, funciona como un espacio de divulgación sobre el impacto ambiental y el futuro de la acuicultura. Su diseño exterior metálico refleja el agua y la luz del fiordo, reforzando su identidad como pieza escultórica inserta en el paisaje.
El resultado final es una experiencia que combina arquitectura minimalista, gastronomía de alto nivel, educación ambiental y un escenario natural único.