Diamante Tiffany el diamante que no se puede vender
El icónico diamante amarillo Tiffany ha causado furor por muchos años y más con el hecho de que no puede ser vendido. Resulta interesante la historia detrás del diamante que únicamente cinco mujeres lo han podido lucir. Este imponente diamante amarillo de 128,54 quilates fue descubierto en las minas de Sudáfrica en 1877 donde en su estado natural pesaba 284,72 quilates, al siguiente año fue adquirido por el fundador de Tiffany, Charles Lewis Tiffany. La joya es uno de los tesoros más importantes de la firma que siempre ha sido mostrado en varias exposiciones y ha tenido un uso raro y un privilegio excepcional.
Charles se hizo del diamante por solo 18,000 dólares; hoy en día está valuado en más de 200 millones de euros. La piedra en bruto fue llevada a París, donde el gemólogo jefe de Tiffany, el Dr. George Frederick Kunz, supervisó el corte del diamante.
Fue cortado para resaltar su color radiante en lugar de tamaño, la piedra preciosa de un amarillo capaz de causar envidia al mismo sol, que además emana tonos iridiscentes que brillan con cambios de luz dándole un aspecto etéreo, yace eternamente suspendida de un collar de diamantes blancos. La lujosa joyería había nacido como una tienda de regalos llamada Tiffany & Young por la unión de los apellidos de los socios John B. Young y Charles Lewis Tiffany, encontrándose en el 259 de Broadway. No fue hasta 1940 que se trasladaría a la Quinta Avenida. Este establecimiento fue revolucionario para la época, pues fue el primero en marcar cada artículo con su precio no negociable, un hecho insólito que creó una tendencia que se mantiene en la actualidad.
La primera ocasión que alguien portó el diamante fue en 1957, durante un baile benéfico organizado por Tiffany & Co. Este debía ser portado por una única dama de alta sociedad, la elegida fue Mary Whitehouse, nieta del magnate de los ferrocarriles Charles Crocker y estaba casada con el embajador de Estados Unidos, E. Sheldon Whitehouse. En 1961, Tiffany & Co. prestó su joya a Audrey Hepburn que posó con él en la sesión de fotos para el promocional de la película Desayuno con diamantes, un trampolín definitivo de la empresa. El filme convirtió el diamante en el mayor objeto de codicia de la época y le dio la fama que tiene hoy, aparecía engarzado en el collar Ribbon Rosette. En 1995, se expuso en el Museo de Artes Decorativas de París, era la pieza clave del Collar Ave. Pasaron muchos años para que la tercera afortunada luciera el collar, en 2019 este diamante colgó del cuello de Lady Gaga, que asistió con la joya a la ceremonia de los Oscar de ese año. La última había sido Beyoncé en 2021 junto con un vestido negro de Givenchy dentro de su cortometraje romántico para la campaña ABOUT ME, pero recientemente el diamante Tiffany ha aparecido también dentro de la nueva adaptación de Muerte en el Nilo, de Agatha Christie, siendo Gal Gadot la encargada de lucirlo.
Sin duda, este coloso de la joyería es el emblema de la firma, una invaluable representación en una sóla pieza con el poder, lujo y elegancia que Tiffany & Co. demuestra y por lo que siempre ha destacado, orgullosos de él, se expone en el escaparate de la tienda de la Quinta Avenida.