Four Seasons Resort Tamarindo

Un homenaje a la naturaleza
Enclavado en una reserva natural de 1,214 hectáreas en la costa del Pacífico mexicano, el Four Seasons Resort Tamarindo redefine lo contemporáneo al fusionar diseño, sostenibilidad y experiencias inmersivas en un entorno donde la naturaleza es la protagonista. Este santuario ecológico ubicado en el kilómetro 7.5, carretera federal 200, la huerta en el estado de Jalisco, no solo celebra la biodiversidad del trópico seco, uno de los ecosistemas más amenazados del planeta, sino que también ofrece una experiencia transformadora para el viajero que busca conexión, autenticidad y bienestar.
Arquitectura que honra el paisaje
Diseñado por las reconocidas firmas Taller Mauricio Rocha y Atelier de Arquitectura X, el resort se integra de forma armónica con su entorno. Cada línea, cada textura y cada sombra están pensadas para dialogar con el paisaje: muros de piedra volcánica, techos de madera local, palapas tejidas por artesanos, senderos que se funden con la topografía. Las 157 habitaciones, suites y villas están cuidadosamente distribuidas para garantizar privacidad, vistas despejadas y una experiencia sensorial plena.
En lugar de imponer estructuras sobre la naturaleza, el diseño parte del respeto profundo por la selva y el mar. La arquitectura no se impone, se revela lentamente, como si siempre hubiera estado ahí. La exclusividad aquí no se mide en opulencia, sino en sutileza: en el sonido del oleaje que entra por la ventana, en la brisa que recorre una terraza abierta, en la presencia silenciosa del entorno natural.


Un santuario de sostenibilidad
Desde sus inicios, el proyecto tuvo un compromiso radical con la conservación ecológica. Solo el 2% del terreno total fue intervenido, dejando intacta la vasta mayoría de la reserva. Este enfoque se traduce en iniciativas concretas como la reforestación con especies endémicas, la protección de fauna silvestre, el uso de energía solar y sistemas de eficiencia hídrica, la eliminación de plásticos de un solo uso y la agricultura regenerativa en su rancho orgánico “Tamarindo”
El resort colabora con biólogos, botánicos y comunidades locales para preservar y restaurar el ecosistema. En lugar de jardines ornamentales, la vegetación crece en su forma natural. Los huéspedes no solo visitan un lugar: son invitados a entenderlo, respetarlo y protegerlo.

Sabores de la tierra
La cocina del Four Seasons Tamarindo es un reflejo de su entorno y de su filosofía. Los ingredientes en su gastronomía provienen en gran parte del rancho orgánico del resort, donde se cultivan hortalizas, frutas, hierbas y se cría ganado menor bajo principios agroecológicos.
Coyul bajo la dirección del chef tapatío Édgar Núñez, es un restaurante dentro del resort que ofrece una propuesta de cocina mexicana contemporánea con acento vegetal. Cada platillo honra la biodiversidad local. Por otra parte Nacho, relajado frente al mar, celebra la cocina costeña y los productos frescos del Pacífico. Y por último Sal, especializado en mariscos, presenta una experiencia de “sea-to-table” con ingredientes recién salidos del mar y cocinados al fuego de leña.
Cabe mencionar que el vino mexicano, los destilados artesanales y las infusiones de hierbas locales completan una oferta que apuesta por lo local y lo sustentable sin sacrificar sofisticación.


Bienestar en armonía con la naturaleza
El spa del Four Seasons Tamarindo se inspira en tradiciones curativas ancestrales y prácticas holísticas. Ubicado en lo alto de un acantilado y rodeado de vegetación exuberante, ofrece tratamientos con ingredientes naturales —como barro volcánico, cacao, copal y plantas medicinales— diseñados para reconectar cuerpo, mente y espíritu.
Además del spa, los huéspedes pueden participar en clases de yoga al amanecer con vista al mar, ceremonias de temazcal guiadas por terapeutas tradicionales, rituales de sanación sonora y masajes al aire libre bajo palapas privadas.
Aventuras en la naturaleza virgen
La riqueza del entorno permite una amplia variedad de actividades al aire libre como el senderismo guiado por la selva tropical seca, con expertos que interpretan la flora y fauna endémica, tours de avistamiento de aves y reptiles, snorkel, kayak y paddleboard en caletas vírgenes, paseos en yate y clases de surf en playas cercanas. También cuenta con experiencias personalizadas que van desde caminatas meditativas al atardecer hasta expediciones marinas privadas. Cada actividad está diseñada para generar una conexión auténtica con el paisaje.


Servicio con alma mexicana
La hospitalidad en Tamarindo va más allá del protocolo. Cada miembro del equipo —muchos originarios de comunidades cercanas— ofrece un trato genuino, cálido y atento. La atención es intuitiva, no invasiva; respetuosa del ritmo de cada huésped.
Desde la bienvenida con bebidas tradicionales hasta los detalles en la habitación inspirados en artesanía local, el servicio se convierte en una experiencia cultural en sí misma. Aquí, la experiencia está en la calidez, en el tiempo detenido, en la sonrisa compartida.
Arte, diseño y cultura local
El resort funciona como una galería viva del arte y la artesanía mexicana. En sus espacios comunes y habitaciones se exhiben piezas de artesanos de Jalisco, Oaxaca y Chiapas, seleccionadas cuidadosamente para representar lo mejor del diseño contemporáneo mexicano con raíces tradicionales.
Además, ofrece talleres de cerámica, textil y cocina tradicional, charlas con artistas y arquitectos residentes, proyecciones y conciertos al aire libre, boutique curada con piezas únicas de diseñadores mexicanos. La experiencia cultural no es un espectáculo: es parte del tejido del lugar, una invitación a descubrir la profundidad y diversidad del México actual.



Experiencias exclusivas y memorables
Para quienes buscan momentos verdaderamente inolvidables, el resort diseña experiencias a medida, como cenas privadas en acantilados iluminados por velas, caminatas nocturnas para observar fauna silvestre, visitas al rancho con el chef para cosechar ingredientes antes de cocinarlos juntos, retiros de bienestar con especialistas invitados y eventos astronómicos como observación de estrellas o rituales durante eclipses. Cada experiencia busca generar una conexión profunda, no solo con el entorno, sino con uno mismo.
Espacios para eventos y celebraciones únicas
Con paisajes impresionantes y total privacidad, el resort se ha convertido en un destino privilegiado para bodas, celebraciones privadas y eventos corporativos ofreciendo terrazas al aire libre con vista al mar, espacios modulables integrados en la selva, servicios de planeación personalizada y menús a medida diseñados por chefs del resort. Ya sea una boda bohemia al atardecer, una cena de gala entre árboles centenarios o un retiro ejecutivo en la playa, cada evento es tratado como una obra de arte efímera.
Más que un hotel, un manifiesto
El Four Seasons Resort Tamarindo no es solo un destino de ostentación: es un manifiesto. Una propuesta radicalmente distinta de hospitalidad que pone la naturaleza en el centro, que celebra las culturas originarias, que cree en la belleza del diseño con propósito. Es un lugar donde el tiempo se expande, donde la comodidad se combina con la conciencia, donde el viajero regresa no solo renovado, sino transformado.
En un mundo que busca nuevas formas de habitar y viajar, Tamarindo propone una respuesta serena y poderosa: volver a la raíz, con elegancia, profundidad y respeto.

