Tepoztlán | Destino místico
No sabemos si es su atmósfera bohemia, su historia, su clima o su energía pero bajo el resguardo del Cerro del Tepozteco, logra enamorarnos y convertirse en el destino perfecto para un fin de semana con amigos o pareja. Resulta ser un lugar de purificación, meditación y relajación, pero también es un pueblo de fiestas y danzas con los Chinelos y sus brincos vigorosos que alegran y dan vitalidad en diferentes épocas del año.
Ubicado en las faldas del místico cerro escarpado de verde,
una caminata mañanera es imperdible pues en la cima resguarda una de las joyas de la cultura mexica, se trata de un adoratorio dedicado a los dioses guerreros, aquí se rendía culto a Ometochtli Tepoztécatl, el dios del pulque asociado con la fertilidad vegetal y los vientos. Desde ahí arriba existe una vista impresionante donde se puede admirar todo el valle. La sierra donde se asienta es Área Natural Protegida desde 1937. Aquí viven alrededor de 54 especies endémicas y es casa de un gran número de especies aviares.
Al explorar las calles empedradas y coloridas del Pueblo Mágico de Tepoztlán, hay que darse el tiempo para admirar la fachada del Exconvento de la Natividad, declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en 1994. En la entrada se ve un arco hecho con semillas de la región, mismo que es elaborado por artesanos del pueblo y cuya temática cambia cada año. A un costado del templo está el Museo de Arte Prehispánico Carlos Pellicer, con piezas mayas, olmecas y zapotecas donadas por el poeta tabasqueño.
Los fines de semana se instala un tianguis en el que se puede apreciar una amplia variedad de artesanías como instrumentos musicales prehispánicos o las famosas casitas de pochote talladas a mano sobre las espinas y corteza muerta del árbol pochote. No hay que olvidarse de la comida prehispánica como las tlalqueteadas, un estilo de gorditas veganas hechas con pinole, alpiste y chía. Para paladares más sofisticados, reservar una mesa en los restaurantes tradicionales Los Colorines y La Veladora resulta la opción ideal.
Por la noche, hay que visitar La Cueva, un bar a cielo abierto para disfrutar de una velada con tragos de mezcal y tapas.
Si hablamos de descanso, Tepoztlán cuenta con una amplia oferta de hoteles para todos los presupuestos. Los hay de categoría boutique, como Sitio Sagrado y Hostal de la Luz, cuyas instalaciones son ideales para bodas o escapadas románticas. O bien, posadas coquetas con alberca para disfrutar en familia o con amigos. Tepoztlán se encuentra a 40 minutos de la ciudad de Cuernavaca, en Morelos. Aunque goza de un excelente clima a lo largo del año, si estás planeando unas vacaciones en este increíble destino la mejor temporada para hacerlo es durante la temporada de primavera y verano. Dentro del hotel Sitio Sagrado se promete una estadía llena de tranquilidad y purificación, donde entre montañas se busca sentir y experimentar la purificación de cuerpo y alma.
Su secreto mejor guardado es su spa dentro de una gruta secreta, un tratamiento de hora y 15 minutos donde se aplican masajes cervicales, oxigenoterapia, jansu, además de efectos auditivos para regular el aura, mientras disfrutas las cavernas de aguas termales y minerales a diversas temperaturas. También cuentan con temazcal, tratamientos con cacao, cuarzos y piedras calientes y spa desde tu habitación con vista a las montañas. Son los únicos en la zona en tener tantos tratamientos específicos y más en tener grutas de aguas minerales que ayudan a desintoxicar y mejorar la piel, también tienen psicoterapias basadas en sonidos de cuencos, tibetanos, cuencos alquímicos de cuarzo, guitarra, cantos sagrados y más.
Tepoztlán tiene mucho más de lo que nosotros imaginamos y es el destino perfecto para reencontrarse consigo mismo, encontrar paz, tranquilidad, sanar en todos los sentidos, comida deliciosa y grandes paisajes.