Crudo: la experiencia gastronómica que Oaxaca presume al mundo

En el corazón de Oaxaca, Crudo se ha convertido en uno de los espacios gastronómicos más comentados de México. Reconocido por la Guía MICHELIN y premiado en diversas ocasiones, este restaurante ofrece una propuesta íntima y poco común: una barra pequeña donde el comensal puede elegir entre disfrutar de un menú omakase, guiado directamente por el chef Ricardo Arellano, o pedir a la carta en la barra normal. En cualquiera de sus formatos, la experiencia se siente cercana, personalizada y profundamente ligada al territorio.



Fotografías: @crudo (Instagram)
La esencia de Crudo está en su fusión inteligente entre técnicas japonesas y el alma oaxaqueña. Aquí no se trata de copiar ni de disfrazar, sino de reinterpretar. Ingredientes como la soya de frijol negro, los chapulines, el aguacate criollo o el mezcal se transforman con precisión japonesa en platillos que sorprenden por su equilibrio y creatividad. Cada preparación nace de la temporalidad y del respeto por el producto, logrando que cada visita sea diferente y al mismo tiempo irrepetible.



Fotografías: @crudo (Instagram)
El espacio completa la propuesta: íntimo, cálido, con detalles artesanales que evocan la riqueza cultural de Oaxaca. Comer en Crudo no es solo alimentarse, es vivir un relato sensorial en el que tradición, innovación y territorio se cruzan para dar vida a un concepto único. Es un lugar pensado para quienes buscan algo más que una buena comida: una experiencia que conecta con la tierra y permanece en la memoria mucho después de la última copa.