Casa Prunes: arte culinario en el corazón de la Roma

Una joya arquitectónica donde la elegancia histórica y la alta cocina convergen en una experiencia sensorial única.
Entre las calles arboladas y la arquitectura ecléctica de la Colonia Roma, se alza una residencia que desafía al tiempo. Casa Prunes, una casona construida en 1916, despliega con majestuosa elegancia un estilo art nouveau que contrasta con la modernidad vibrante de su entorno. Su fachada ornamentada, llena de formas orgánicas y detalles florales, evoca una época de esplendor y refinamiento, mientras que su interior ha sido transformado en un punto de encuentro para los amantes del diseño, la gastronomía y la mixología contemporánea.
Este espacio emblemático ha sido restaurado con un profundo respeto por su historia, sin renunciar a una visión vanguardista. Desde su apertura en 2021, Casa Prunes ha conquistado los paladares más exigentes y las miradas más curiosas. Su propuesta se extiende mucho más allá de la simple restauración arquitectónica: es una manifestación de arte de vivir, donde cada detalle —desde la carta hasta la atmósfera— está cuidadosamente diseñado para invitar a una experiencia envolvente.

El interior del recinto rinde homenaje a la opulencia de los años veinte. Mobiliario con carácter, luminarias de inspiración art déco y acabados en tonos cálidos generan una atmósfera íntima y sofisticada. En el corazón de este universo resalta una impresionante barra vertical automatizada, de nueve metros de altura, que parece flotar sobre la terraza central. Este despliegue técnico no solo es un espectáculo visual, sino también el escenario donde expertos bartenders despliegan su creatividad al mezclar bebidas de autor.
Cada salón dentro de la casa posee una identidad singular. Los espacios invitan a distintos estados de ánimo: desde una cena privada en la exclusiva Mesa del Chef, donde la experiencia gastronómica adquiere una dimensión casi teatral, hasta un momento de contemplación relajada en el refinado Cigar Lounge, reservado para los conocedores del buen fumar. La versatilidad del lugar permite tanto celebraciones íntimas como encuentros sociales de alto perfil, siempre bajo el mismo sello de exclusividad.

La cocina, dirigida por el chef Aaron Mizrahi, ofrece una propuesta contemporánea con sólidas raíces en la tradición mexicana. Su enfoque culinario se caracteriza por el uso de ingredientes de temporada y técnicas modernas, con una inclinación hacia la sostenibilidad. El menú, que se renueva dos veces al año, refleja una narrativa gastronómica en constante evolución, donde cada platillo está concebido como una obra efímera que celebra los productos del momento.
Entre las creaciones más representativas se encuentra la tostada campechana, que fusiona mariscos frescos sobre una base de maíz azul con un aderezo de chipotle que enaltece los sabores sin opacarlos. Las empanadas de elote, carne de rib eye o queso, acompañadas de una exquisita salsa chimichurri, son una muestra del dominio técnico del equipo de cocina. Las papas bravas estilo mil hojas, con salsa brava y alioli, combinan texturas crujientes con notas especiadas, ofreciendo una experiencia que seduce desde el primer bocado.
El menú continúa sorprendiendo con versiones reinterpretadas de clásicos: los tacos de carnitas de setas en salsa chiltepín, servidos sobre tortillas hechas a mano y coronados con chicharrón de habanero, redefinen el concepto de cocina vegetal con profundidad de sabor. Para quienes buscan una propuesta más robusta, la lasaña con carne Angus y la hamburguesa de Wagyu con pulpo a la brasa y queso manchego son verdaderas manifestaciones de indulgencia elevada al arte.
En cuanto a la mixología, Casa Prunes se posiciona a la vanguardia con un laboratorio propio en el que se experimenta con fermentos, kefires, kombuchas y una variedad de infusiones poco convencionales. Las creaciones del bar van más allá del clásico cocktail; son narrativas líquidas que exploran temas contemporáneos y referencias culturales. Entre ellas, destaca “Jerry Pizza”, una mezcla audaz de vodka Ketel One con fermentos de frutos rojos; “Duck Face Selfie”, que fusiona tequila Altos, shitake y kombucha de rosita de cacao; o “Moonerang”, una sofisticada composición de Roku Gin, té blanco, durazno y espirulina azul.
Cada bebida no solo sorprende por su sabor, sino también por su conceptualización, convirtiéndose en una pieza de conversación por derecho propio. Esta visión de la coctelería como arte sensorial e intelectual conecta con el espíritu innovador que define a Casa Prunes: un espacio donde el ayer y el mañana dialogan en perfecta armonía.
Más que un restaurante o un cocktail bar, Casa Prunes es una declaración de estilo, una celebración del hedonismo elegante y una invitación al disfrute consciente. Su capacidad de reinterpretar lo clásico con una visión fresca y sofisticada lo convierte en un referente obligado en la Ciudad de México para quienes buscan experiencias auténticas envueltas en belleza.
Este enclave, donde la arquitectura, la gastronomía y la coctelería convergen con maestría, se reafirma como uno de los destinos predilectos para aquellos que aprecian la alta cultura urbana. Casa Prunes no solo destaca entre los íconos de la Colonia Roma: trasciende, cautiva y permanece en la memoria como uno de los espacios más seductores y completos de la escena contemporánea.