Guilty Yacht / arte en altamar
Como parte de la generación de yates de súper lujo que son considerados piezas únicas e irrepetibles, ya bien por su grado de sofisticación, tecnología aplicada o incluso por su expresión artística, Guilty se posiciona como uno de los más impresionantes.
Este navío no pasa desapercibido, y es que, rompe de inmediato y a primera vista con la tradicional imagen que tenemos de los yates, y lo hace a través del arte, de la pintura, el diseño que se muestra en el exterior no solo es especial…es completamente único, lo que lo convierte en una auténtica obra de arte en sí mismo.
Fue concebido así desde el inicio, ahora, sus colores, líneas y contrastes lo convierten en esa pieza que se distingue como diferente,
es la expresión misma de exclusividad, de lo hecho en particular para no repetirse jamás.
La embarcación de 115 pies atracada en el puerto Pireo de Atenas, reluce con luz propia, y es producto de una colaboración especial entre el artista plástico norteamericano Jeff Koons y la exclusiva diseñadora de yates italiana Ivana Porfiri, quienes han coincidido en que juntos crearon un yate a base de “antiestilo” donde la exclusión de lo conocido y establecido como norma, era la única regla.
Libertad creativa pues, la que se denota en cada uno de los espacios, en las habitaciones comunes dispuestas para el entretenimiento, pero también en las áreas privadas, donde las palabras, los materiales y las texturas juegan un papel fundamental de perfecto equilibrio en su propio modo.
Hay una evocación a la cultura Pop, por supuesto, esa geometría y colorido que reluce por el neón en diversas maneras, hacen de Guilty una pieza difícil de definir, logrando así la meta de los creadores, quienes reconocen que la apariencia Pop,
al menos la del exterior es meramente circunstancial, ya que la verdadera inspiración fue el camuflaje naval.
Los interiores trascienden en una constante de lujo sin recelos ni bloqueos, es expresión misma de buen gusto e individualidad, con espacios bien delimitados pero que en contraste logran invitar a la libertad, sembrando una sensación de conexión con la arquitectura natural y el escenario natural tras las ventanas.
Amplios ventanales que conectan con las olas, muebles de diseño se distribuyen por estos espacios, cada uno con su propio carácter, cada uno pensado en crear historias particulares.
La iridiscente presencia de la luz también fue específicamente pensada, lo que logra potenciar las finas líneas de este yate propiedad del magnate griego Dakis Joannou, quien se precia de tener una obra de arte única y un yate de lujo irrepetible, en una sola pieza.