Octopus Yacht, lujo exclusivo sobre las olas
Los súper yates son ese tope de gama al que aspiran los megaricos, el selecto grupo de personas en el mundo que además de tener el buen gusto, deben poseer el capital para adquirirlo, a estos pertenece Octopus, el yate cuyo propietario original fue Paul Allen y que tan solo el año pasado se vendió por unos 278 millones de dólares.
92.4 metros de longitud, ocho niveles de cubierta, piscina, cine, dos helipuertos, 13 camarotes, gimnasio, cancha de baloncesto, spa, cine, biblioteca, sala de observación, centro de buceo totalmente equipado y cámara hiperbárica, todo con una exquisita atención al detalle, en esos aspectos que confirman al invitado el lujo y la exclusividad que se viven a bordo.
Dada la amplitud este yate, tiene su propio elevador, el que conduce entre las cubiertas y permite disfrutar de la experiencia de ambientación de cada una de ellas.
Paul Allen, el millonario cofundador de Microsoft, recibió este yate bajo encargo en el 2003, desde entonces y hasta el 2009 fue considerado el mayor súper yate propiedad de un empresario y no de un jefe de estado, como los otros. Hoy en día Octopus se encuentra enlistado dentro de los 10 yates más lujosos y grandes del mundo.
Paul Allen, un apasionado de la vida en el mar, también gustaba de la exploración y se sentía atraído por el buceo de descubrimiento, de ahí que el yate esté tan equipado para esto.
De hecho, en 2015 el magnate reportó el hallazgo de los restos de un acorazado japonés de la segunda guerra mundial en el mar de Sibuyan, un descubrimiento que no fue producto de la casualidad, ya que lo había estado buscando por años.
Así, este portento del lujo lo es también de la capacidad tecnológica y mecánica instalada, por lo que estamos frente a una nave que no conoce límites.
Y es de destacar que la exploración es solo una de las cualidades a explotar del Octopus, también se encuentra su magnífica arquitectura interna, la que está pensada en la fiesta y el esparcimiento.
De hecho, lo ha sido desde su estreno, considerado y reconocido en los principales y más selectos encuentros marítimos, donde la fiesta es la regla, como en el Festival de Cannes en Francia en donde era esperado cada año por la socialité internacional, fiestas en las que se podía ver a clase política, empresarios y personajes del espectáculo por igual departir en alguna de las cubiertas del Octopus.
Ahora, este yate cobra renovada vida y sigue siendo uno de los más impresionantes yates que revisten las aguas internacionales de un lujo peculiar.