Balum: el nuevo rincón de paz y movimiento en Metepec

En Plaza Antares, justo donde parece que todo va a prisa, nació un espacio que te invita a ir más lento, a respirar y a reconectar contigo. Se trata de Balum, un estudio de pilates y bienestar que nace desde un lugar muy distinto al de la mayoría de los negocios: de una necesidad emocional, de un proceso familiar, y sobre todo, del deseo profundo de construir algo con sentido.
La historia detrás de Balum es tan genuina como poderosa. Surgió en medio de un momento difícil para Karla Costilla y su papá, Julio César Gutiérrez. Sin ser arquitectos, diseñadores ni empresarios, comenzaron a imaginar un lugar de bienestar cuando más lo necesitaban. Con ideas sueltas, referencias visuales y mucha intuición, poco a poco fueron dándole forma a un espacio que, más que un estudio, se convirtió en un refugio para el cuerpo y para el alma.

Al principio, era solo una idea, una forma de salir adelante como familia. Pero esa idea fue tomando fuerza, estructura y comunidad. En Metepec, donde aún hay pocas propuestas enfocadas al bienestar integral, Balum representa algo nuevo y necesario: un lugar donde no solo se entrena el cuerpo, sino donde también se habita, se escucha y se cuida.
Desde el inicio compartieron todo el proceso en redes sociales: decisiones, errores, avances y dudas. Eso hizo que mucha gente conectara con la historia detrás del lugar incluso antes de que abriera. Y fue precisamente unos días antes de inaugurar que recibieron un mensaje de la fundación AMANC —que apoya a niños con cáncer— pidiéndoles donar clases para recaudar fondos. Aunque aún no habían abierto oficialmente, aceptaron sin pensarlo. Fue un gesto que marcó el inicio de todo. Así comenzó Balum: con el corazón por delante.
Lo más especial de este lugar es que está pensado desde una metáfora que lo atraviesa todo: cada persona es una semilla. En Balum se siembra, se cuida, se arraiga, se transforma. Desde los íconos y colores hasta la experiencia en clase, todo refleja esa intención de crecer desde adentro, con calma y con guía.
Hoy, Balum ofrece cuatro disciplinas —reformer, mat, yoga y barre— y un ambiente que te abraza desde que entras. No es un estudio al que vienes solo a “hacer ejercicio”. Es un lugar donde puedes reconectar contigo, escucharte y moverte sin prisa. Además, cuentan con una barra de bebidas y acai bowls que complementan la experiencia: para que al salir, puedas regalarte un momento más contigo, cerrar en calma y seguir tu día desde otro lugar.
Balum no es solo un estudio, es un proyecto familiar, una comunidad y una invitación a regresar al cuerpo con conciencia. Un recordatorio de que siempre es posible empezar de nuevo, sembrar algo bonito… y verlo florecer.
