Las Vaqueras de Dallas: Belleza, disciplina y poder cultural bajo la estrella solitaria

Son mucho más que una postal del fútbol americano. Las animadoras de los Dallas Cowboys, también conocidas como las Vaqueras, han construido un legado que trasciende el deporte. Desde su irrupción en los años setenta, no solo marcaron tendencia con sus trajes azul y blanco, sino que definieron lo que significa ser una “cheerleader” en el más alto nivel: fuerza, sincronía, glamour y un estándar de exigencia que raya en lo militar.
Todo comenzó con siete mujeres que debutaron en 1972 en el entonces nuevo Texas Stadium, portando un uniforme que rompía esquemas y captaba todas las miradas. Ellas no solo sabían animar, también sabían bailar. Ese fue el cambio radical: dejar atrás las porras colegiales y convertir el show en espectáculo coreográfico. Desde entonces, su imagen ha sido sinónimo de excelencia y sus audiciones, un filtro riguroso donde solo las más destacadas sobreviven a días de evaluación física, técnica y emocional.

Actualmente, más de 500 aspirantes de todo el mundo buscan formar parte del equipo, enviando videos y superando filtros tan estrictos como una academia militar. Solo 44 llegan a la fase de entrenamiento y, de ellas, un grupo aún más reducido pisa el campo del AT&T Stadium. Cada candidata, incluso veteranas de varias temporadas, debe ganarse su lugar. Aquí no hay títulos vitalicios: se trata de rendir al máximo siempre, sin excepción.
En paralelo, el mito y la maquinaria crecen. Las Vaqueras tienen horarios de entrenamiento extenuantes, normas estrictas de presentación (desde el maquillaje hasta la puntualidad) y una estructura jerárquica que incluye capitanas, coreógrafas y hasta supervisión ejecutiva. Su contrato prohíbe relaciones con jugadores y les exige una imagen impecable, porque ser Vaquera es más que animar: es representar a Texas, a la NFL y a toda una nación.


Durante décadas, la compensación ha sido motivo de controversia. Muchas ganaban sueldos simbólicos, a pesar de la enorme exposición mediática y exigencias físicas. Sin embargo, en 2025, tras años de presión y el impacto del documental de Netflix America’s Sweethearts, llegó un aumento salarial de hasta 400%. No lo hacen por dinero, dicen sus líderes. Lo hacen por pasión, por el legado, y por un lugar en la historia del entretenimiento deportivo más exigente del planeta.
