Edvin Marton la perfecta sinfonía del amor
Revestido de una atmósfera de solemnidad, el violín de Marton se enarbola como uno de los perfectos ejemplos de la oleada de talentos que hemos visto brillar en la escena mundial durante los últimos años, uno que no es ajeno al aspecto más notable de la ejecución artística; el talento.
Y si bien ha alcanzado notoriedad por sus colaboraciones especiales con patinadores sobre hielo, Marton significa también una de las partes más importantes del empuje clásico en las nuevas generaciones, su formación académica en la Escuela de Música Tchaikovsky de Moscú, en la Academia de Música en Budapest, la Academia de Música de Viena y la Escuela de Música Juilliard de Nueva York así lo dejan patente; es quizá por ello que tampoco ha sido ajeno al reconocimiento de la crítica especializada,
Edvin Marton lanzó su primer material discográfico en 1996 bajo el título Sarasate, desde entonces todo ha sido una frenética carrera en ascenso, ha ganado el reconocimiento desde su primera aparición como un importante exponente del generó romántico, y aunque nunca deja de lado a los grandes de la música clásica, siempre se da el tiempo de transitar al pop, de ahí su reconocimiento global.
En el mundo
Una de las más grandes ventanas internacionales en las que ha participado como centro de atención, fue su actuación durante los Juegos Olímpicos de Invierno Turín 2006 junto al medallista de oro Evgeni Plushenko.
Ha ganado ya un premio Grammy, medalla de oro en el Concurso Internacional de Violín de Canadá y también un MTV Music Award. Y es que él, se mueve con notable soltura entre los mundos de la música atemporal y lo que hoy pugna por atención internacional.
Sus creaciones son reconocidas como de fácil pregnancia, es muy sencillo sentirse atrapado por sus notas y composiciones. Las producciones formales muestran una clara evolución estilística, y se alcanza a percibir la madurez interpretativa que lo coloca hoy en día, como uno de los virtuosos exponentes del violín a escala global.
Primero, con el ya mencionado “Sarasate” de los años noventa, después sorprendió con “Strings ‘N’ Beats” en el 2001, tres años después llegó “Virtuoso” que fue la antesala perfecta del que es también uno de sus más importantes éxitos;“Stradivarius” del 2006.
“Hollywood” llegó cuatro años después. Desde entonces ha sido una sequía importante en la escena, sin embargo, esto no significa que deje de poseer uno de los lugares más importantes del escenario exclusivo para los violinistas internacionales de gran calado.